Carta abierta a Sandro Guzmán

Señor Intendente/Diputado Sandro Guzmán: Venimos observando que, desde su ruptura con el massismo, ha tomado una actitud proactiva; especialmente su decisión de iniciar acciones legales a quien lo difame con supuestas adicciones. Le deseamos la mejor suerte para terminar con esta campaña malintencionada pero, ¿Sabe una cosa? Su fama de drogadicto -sea cierta o no- […]

Señor Intendente/Diputado Sandro Guzmán:

Venimos observando que, desde su ruptura con el massismo, ha tomado una actitud proactiva; especialmente su decisión de iniciar acciones legales a quien lo difame con supuestas adicciones. Le deseamos la mejor suerte para terminar con esta campaña malintencionada pero, ¿Sabe una cosa? Su fama de drogadicto -sea cierta o no- es un detalle colorido e irrelevante para la sociedad escobarense que lo recordará como el político más corrupto e ineficiente que tuvo Escobar.

Durante su breve paso por la Cámara de Diputados de la Nación cobró $500.000 sin ninguna contraprestación de su parte puesto que faltó al 75% de las sesiones y no presentó ni un proyecto que beneficiara a los escobarenses. Nos avergüenza su floja labor legislativa y la oportunidad que perdimos todos, antes que su fama de drogadicto.

La publicidad electoral fuera de los términos permitidos por la ley electoral es una constante en el Municipio y celebramos cuando decidió multar a los políticos que la violaban. Pero, desde que adoptó esta medida, ahora Escobar se encuentra más empapelada que nunca con sus afiches “Sandro Guzmán 2015″. Se burla de los escobarenses. Nos avergüenza que utilice al Estado municipal para sus intereses personales, antes que su fama de drogadicto.

Todos recordamos que fue menemista, pattista, kirchnerista, massista y de nuevo kirchnerista. Prometió en 2011 que sería su último mandato como Intendente. Le juró lealtad a cualquiera que le garantice su futuro, se prestó a la burla de las candidaturas testimoniales. Ahora su palabra no vale nada, carece de códigos o línea de conducta. Es tan deshonroso que se utilizó a sí mismo para perjudicar a un adversario político sincerando sus relaciones comerciales. Nos avergüenza mucho más que Usted sea un perpetuo oportunista, antes que su fama de drogadicto.

Usted vendió los Humedales a los megaemprendimientos privados como el puerto regasificador y los proyectos inmobiliarios que bautizaron como “Nuevo Escobar”, sin que medie ninguna audiencia pública o estudio de impacto ambiental. Ahora nuestras vidas corren peligro por un precario muelle regasificador que debería estar instalado 20 km mar adentro según la normativa internacional. Y cada vez que llueve tememos inundarnos, tememos por la suerte que correrán nuestros vecinos: dos personas murieron por factores relacionados sin contar las pérdidas materiales. Su desidia nos duele más que su fama de drogadicto.

Durante su gestión no existió un proyecto integral de largo plazo: todas las entradas colapsan en las horas pico y los más perjudicados son los peatones. No tenemos agua corriente ni cloacas mientras las napas se pierden más y más. Quizás haya asfaltado muchas calles pero muchas no duran siquiera un año o no tienen cordones, cunetas ni señalizaciones. La recolección de basura y ramas es deficiente: basta caminar para comprobar que vivimos entre la basura. Su gestión basada en el cortoplacismo nos perjudica mucho más que su fama de drogadicto.

Maschwitz creció mucho pero gracias a los emprendimientos comerciales que posicionaron al pueblo como un polo gastronómico: su gestión no acompañó este crecimiento siquiera con veredas. Aún más: nuestro pueblo se encuentra cada vez peor y estamos perdiendo nuestros patrimonios más importantes: la arboleda y la estancia de Villanueva que es un Monumento Histórico Nacional. Un año suyo gestionando este monumento como sede del CBC fue suficiente para que se caiga parte del techo sobre los alumnos, sin contar otros detalles que movilizan a la Federación Universitaria de Buenos Aires a denunciar su estado. Esto nos da mucha más tristeza que su fama de drogadicto.

Sinceramente, si le interesa nuestra opinión, no creemos en esos rumores pues vimos cómo, durante su gestión pública, consolidó su posición económica. Una persona con problemas de adicción no podría haber logrado tal crecimiento personal. Sin embargo -es evidente- le molestan estos rumores malintencionados y tiene razón pero, como verá, su fama de drogadicto es el menor de nuestros problemas.

Sin ningún respeto a su persona, le saluda quien escribe solo por educación.

Germán Roldán (Ingeniero Maschwitz)

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